Satsuma, la perfección del barroquismo.

Cuando el lujo toca una pieza no hablamos de caro, hablamos de algo irrepetible y que difícilmente se podrá volver a encontrar
Satsuma, la perfección del barroquismo.

Cuando el lujo toca una pieza no hablamos de caro, hablamos de algo irrepetible y que difícilmente se podrá volver a encontrar.


Las decoraciones con personajes orientales, olas, árboles o dragones dorados nos hace pensar, generalmente, en China, sin embargo, la mayoría de los juegos de té que evocan el lejano oriente no son chinos, sino japoneses. Los más adornados, los más cargados de color y simbología oriental provienen de Satsuma.



Satsuma redefinió el barroquismo acercando cada pequeño detalle de su ejecución a la excelencia, hablar de Satsuma es hablar del sumun de las porcelanas japonesas.


La región de Satsuma ha producido cerámica y porcelana desde el siglo XVII, pero es hasta el siglo XIX cuando el estilo colorido y recargado que hoy conocemos empezó a producirse en varias ciudades de la región con el propósito expreso de exportarse a una Europa victoriana sedienta de productos exóticos del lejano oriente.



La Exposición Universal de 1867 en París fue, quizá, la ventana que permitió el mayor contacto entre los productores de parcela japoneses de Satsuma y el público europeo. Poco a poco, el nombre “Satsuma” dejó de ser una denominación de origen para las piezas, al convertirse en sinónimo de un estilo de decoración. Este estilo adaptó y transformó la decoración tradicional japonesa para complacer el gusto “occidental”, con un exagerado uso de símbolos orientales reconocibles o familiares para el consumidor extranjero, tales como dragones, pagodas, abanicos, damas en kimono, diseños florales y aves exóticas, todos ellos elaborados en un delicado trabajo de “milleflour” en alto relieve, generalmente acompañado de la técnica de “moriage” dorado. Con el tiempo, los motivos religiosos y geográficos fueron, poco a poco, incorporados y al final lograron substituir la decoración tradicional casi por completo.



A finales del siglo XIX, y durante el principio del siglo XX, las piezas estilo Satsuma eran una de las más importantes exportaciones de cerámica del periodo Meji Japonés. Lamentablemente, la estética recargada y la exagerada “orientización” fue duramente criticada por los “expertos” europeos, quienes consideraban al estilo Satsuma como el producto de un deseo desmedido y descarado de sus fabricantes por satisfacer las fantasías orientales de clientes occidentales. Desde la segunda década del siglo XX, la exportación de cerámica estilo Satsuma fue declinando hasta convertirse en casi nula justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.



Durante la ocupación del Japón derrotado tras la guerra, los soldados norteamericanos apostados en el archipiélago japonés redescubrieron el estilo Satsuma y comenzaron a llevar de regreso a sus hogares piezas de esa porcelana, atraídos, paradójicamente, por los elementos estéticos y de diseño que años antes había causado su declive en el gusto europeo. Es precisamente gracias a este redescubrimiento que algunos talleres retomaron con fuerza la fabricación de piezas Satsuma, principalmente juegos de té y café, con el objetivo de, una vez más, satisfacer la fantasía oriental de compradores occidentales. De este período post guerra son muchas de las piezas que hoy en día han llegado hasta nosotros, y que llevan la leyenda “Made in Occupied Japan” (Hecho en Japón ocupado).



Actualmente, los coleccionistas —ya alejados de los prejuicios esteticistas— están de acuerdo en que la calidad, habilidad manual y artística expresada en la fabricación de estas piezas de porcelana fina tienen un valor en sí mismo. Para estos coleccionistas, las piezas de porcelana Satsuma fabricadas antes de la Segunda Guerra Mundial son las más buscadas y, por lo mismo, son también las que más altos precios pueden alcanzar en el mercado internacional de antigüedades.



Como objetos decorativos, las piezas Satsuma son un verdadero deleite de variedad y color; son un recuerdo magnífico de ese lejano oriente maravilloso, exótico y misterioso que cautivó la mente y la imaginación de nuestros abuelos y bisabuelos.


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Jesus Vazquez Montero


Owner ElAnticuario.es

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