La historia del mantón de Manila.
Hoy os vamos hablar de la historia y la procedencia del famosisimo mantón de Manila y sus colchas, es una prenda por todos conocida, sin embargo, su historia y su procedencia no está tan clara como parece por su nombre. ¿Queréis conocer los secretos de esta bella prenda? ¡Os la voy a contar!
El mantón de Manila es un lienzo cuadrado de seda decorado en colores vivos con flores, pájaros o fantasías, y rematado en todo su perímetro por flecos. Antes de trabajar la pieza, se realizaba el dibujo sobre un papel y se perforaba; luego se marcaban con tizas las plantillas perforadas, dejando la marca en la tela que pasaba al bastidor para proceder a bordarlo. La técnica más habitual era el bordado a matiz o «acu pictae» (pintura de aguja), y dentro de ella la de bordado plano, con puntos de matiz chino, pasado plano y cordoncillo. La obra se cerraba con la colocación de los flecos o "flecado", modo o elemento heredado de los árabes, realizado también con hilo de seda y técnica de macramé. El flecado —un dibujo a base de nudos, formados manualmente— constituye una de las labores textiles más complejas y vistosas se hizo muy popular durante el siglo XVIII en España e Hispanoamérica como complemento del vestuario femenino.
Pero, según la documentacion que he encontrado, ni es de origen español ni curiosamente de Manila.
Los mantones y colchas proceden de China, principalmente de la provincia de Canton, sin embargo tomó su nombre de Manila, capital de Filipinas, por ser punto de partida de las rutas comerciales en la dorada época imperial española. ¿Por qué de China? Porque los chinos fueron los descubridores de la seda, los primeros en bordar con hilos de este material extraído de los gusanos de la seda y principalmente porque en Manila no trabajaban las sedas.
Como todas las modas, el mantón de Manila tuvo su momento. En la cultura tradicional del vestido femenino, el mantón de Manila se asocia a la mujer andaluza, la manola madrileña, el casticismo en la geografía universal de influencia hispana y el flamenco. En pleno siglo XVIII la burguesía cubría sus hombros con esta delicada y colorista prenda. Pero a medida que fueron pasando los años, la poderosa industria textil inglesa fue imponiendo a lo largo y ancho de toda Europa una nueva corriente estética donde los colores se perdían entre los tonos grises y opacos. Así fue olvidado por las grandes señoras, fue descendiendo de clases sociales, popularizándose entre mujeres menos adineradas.
La leyenda de las cigarreras
Otra leyendas cuenta que fueron las cigarreras sevillanas las que le dieron uso a un delicado tejido que envolvía el tabaco llegado de América, bordándolo a su antojo y creando pequeños mantoncillos y colchas de colores con los que cubrían sus hombros o sus camas. Aunque esta teoría no está documentada, su romanticismo y belleza hace que siga escuchándose en numerosas localidades hispalenses.
Atte
Jesus Vazquez Montero
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