Historia de La Segoviana, fábrica de loza de pedernal y objetos mayólicos

La Fábrica de loza La Segoviana, o fábrica de Los Vargas, se encontraba ubicada cerca del río Eresma en el barrio de San Lorenzo de la ciudad de Segovia
Historia de La Segoviana, fábrica de loza de pedernal y objetos mayólicos

La Fábrica de loza La Segoviana, o fábrica de Los Vargas, se encontraba ubicada cerca del río Eresma en el barrio de San Lorenzo de la ciudad de Segovia. La primera industria dedicada a loza en ese lugar fue fundada por el segoviano Melitón Martín y Arranz en el año 1861, quien levantó el edificio sobre las antiguas ruinas de una fábrica textil que había sido destrozada por un incendio en el primer cuarto del siglo XIX. Después de pasar a la familia Vargas durante tres generaciones la manufactura de cerámica cesó su producción en 1992.


A la fabrica de loza, y contratados por su fundador, llegaron en 1862 para trabajar en ella obreros de la industria lucense de Sargadelos, a pesar de ello la fábrica no dio el rendimiento esperado y fue vendida en 1875 a Marcos Vargas Mayorga, quien consiguió gracias a sus dotes directivas y su capital económico hacer de la factoría una de las mejores de España.

Como era habitual, en aquella época, se dedicó principalmente a la elaboración de piezas de loza como platos, soperas, tazas, palanganas, jícaras, jarros decoradas con impresión calcográfica, como las que se realizaban, entre otras, en la fábrica Pickman de Sevilla. Otras vajillas destacaban por su decoración con dorado realizado con pan de oro, también se dedicaron a la fabricación de objetos decorativos y azulejos. El caolín junto con el cuarzo para la composición de la porcelana se extrajo de Otero de Herreros.


Hay seis hornos de llama reversible y tipo inglés; tres de ellos de bizcochar, cuya temperatura alcanza 1.300 º, uno pequeño que no se emplea por su poco volumen y dos de cochura de baño, cuya temperatura es 1.500 º. En un horno de baño caben por término medio 24.000 piezas, y en uno de bizcochar 48.000; al mes se queman cuatro hornos de bizcocho y de siete a ocho de baño representando un consumo de carbón de 50 toneladas y el trabajo de 170 obreros.

 

hornos de mufla de los cuales solo se usan tres que sirven para la fijación de los colores sobre baño. Su temperatura es variable y depende de los colores que se pretenden cocer; oscila entre 620 y 900º

A partir del fallecimiento de Manuel Vargas, heredó la dirección de esta, su hija, pasando a llamarse la fábrica «Hija de M. Vargas», nombre que se cambió a «Gil Vargas», cuando pasó la dirección a Concepción Gil Vargas y su marido Juan Gil Escorial entre los años 1936 y 1969. Con esta fecha perteneció a sus sucesores, llamándose «Hermanos Gil Vargas», la fabricación empezó un declive en sus pedidos, que la llevó en 1985 a una suspensión de pagos. La fábrica cerró definitivamente en 1992.


Colaboración de Daniel Zuloaga

El ceramista Daniel Zuloaga recibió un encargo en 1893, a través del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, para la decoración de la fachada del Ministerio de Fomento y ante el poco espacio que en aquel momento tenía en su taller ubicado en Vallehermoso (Madrid), decidió su traslado a Segovia. Las piezas nacidas de esta colaboración son tratadas como obras de arte.

Su estancia y colaboración con la fábrica de los Vargas, terminó por algunas desavenencias entre ambas partes, el año 1906.

Atte

Jesus Vazquez Montero

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